EL GRITO, (EDVARD MUNCH, 1893).
El
cuadro muestra colores cálidos de fondo, luz semioscura y la figura principal
es una persona en un sendero con vallas que se pierde de vista fuera de la
escena. Esta figura, aparentemente, está gritando, con una expresión de
desesperación. En el fondo, casi fuera de escena, se aprecian dos figuras con
sombrero. El cielo parece fluido y arremolinado, igual que el resto del fondo.
Considero
que en esta obra, el artista logra mediante el contraste de colores (naranjas y
azules), así como a la técnica empleada,
transmitir diversas sensaciones, tales como;
- · Angustia.
- · Desesperación.
- · Soledad
- · Indignación
- · Asombro
- · Miedo
En
“Problemas cruciales del psicoanálisis”, Lacan se interesa por este cuadro,
donde dice;
“La imagen del personaje central de ese cuadro
y su enfoque lo hacen sufrir entre sombras humanas que no pueden sino evocarnos
las imágenes más sumarias, mas crudamente tratadas del ser fálico, ese ser que
se tapa las orejas y abre la boca: él grita”.
Lacan relaciona
además, grito-silencio. “el grito hace al abismo donde el silencio se
precipita…Esta imagen es donde la voz se distingue de toda cosa modulante, pues
el grito lo que la hace diferente hasta de todas las formas, las más reducidas
del lenguaje, es la simplicidad. La implosión, la explosión, el corte, la
falta”.
Se dice que
personalmente Munch, pasaba un periodo trágico, que lo motivó a escribir las
siguientes líneas (inspiración para la realización de “el grito”, del que se
realizaron 3 versiones anteriormente);
“Paseaba
por un sendero con dos amigos - el sol se puso - de repente el cielo se tiñó de
rojo sangre, me detuve y me apoyé en una valla muerto de cansancio - sangre y
lenguas de fuego acechaban sobre el azul oscuro del fiordo y de la ciudad - mis
amigos continuaron y yo me quedé quieto, temblando de ansiedad, sentí un grito
infinito que atravesaba la naturaleza.”
Tal vez inconscientemente
Munch, reflejo también el estado anímico de la sociedad, durante ese periodo,
ya que la nación sufría por los estragos de la guerra. Inclusive la obra no fue
bien acogida por la crítica y, el conjunto Amor fue clasificado como arte demente (más tarde, el régimen
nazi clasificó a Munch de artista degenerado y retiró todos los
cuadros que había en una exposición en Alemania). Un crítico consideró el conjunto, y en particular El grito, tan perturbador, que
aconsejó a las mujeres embarazadas que no visitaran la exposición. La reacción
del público fue discrepante y el cuadro se convirtió en motivo de discusión y
por primera vez se hace mención de El
grito en las críticas y
reportajes de la época. Actualmente, El grito está
considerado como una de las más importantes obras del artista y del movimiento
expresionista, constituyendo una imagen de icono cultural.
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